Chio no se anda con pequeñeces

Chio (Patricia), es una mujer que no se anda con pequeñeces, es una joven madre peruana de 25 años, estudiante de comunicación y comunicadora innata. Mantiene desde marzo un grupo fiel de lectores en su blog “Reflejo Inquieto”, donde escribe con frescor temas cotidianos, regalando canciones y detalles entretenidos y hasta íntimos sin complicaciones.
Al consultarle si podía publicar la experiencia del nacimiento de su hijo Pablo, ella de inmediato y con una ternura increíble, colaboró, permitiéndome copiar y pegar este relato que agrada por su espontaneidad y que es el primero que recibe "Puja Mamita, puja", de una mujer que además, contagia con su gran sonrisa. Aquí les dejo:



"El día que se rompió la fuente..."

Papá, que se había quedado esa noche en mi casa, se levantó rápidamente del sofá y sacó el carro. Mientras el futuro padre me ayudaba a bajar las escaleras con toda mi inmensidad, padre y madre ya estaban en sus respectivos asientos en el auto.Pude haber ido a la clínica caminando, pues está a 5 cuadras de mi casa, pero como que a las 3am hace mucho frío.


Llegamos. Ni bien crucé la puerta, como en película donde todos corren detrás de la embarazada, me sentaron en una silla de ruedas y pasé el letrero rojo de EMERGENCIAS.


La señorita obstetriz de turno, vestida de color granate, colocó unos cinturones a mi globo terráqueo, comenzó a monitorear mis contracciones y a ver mi dilatación. A ver a ver, mmm, estás en 3, está bien... así que ya puedes pasar a la sala de dilatación para que te preparen.


Entramos al cuarto este y habian dos camas, menos mal yo era la única parturienta en ese momento. Vinieron las auxiliares y plin, (y aquí vienen las cosas no muy agradables).. señora hay que colocarle la enema... yiak... recuerdo que cuando era niña me corría de eso pero bueno... la cosa era que yo esté limpia de todo residuo, cosa que cuando puje a la hora de dar a luz no salga nada... jeje siii! aunque no lo crean! asi es...


Mi doctora no llegaba aún, ya la habían llamado pero seguro la despertaron pues eran las 4am y ella venia de Los Olivos. Me eché en la cama con los cinturones que monitoreaban mis contracciones que poco a poco se iban tornando mas insoportables. El futuro padre de aquel entonces sobaba mi espalda y trataba de darme ánimos, creo que grabó algunas escenas en la cámara que nos prestaron, pero luego mi llanto lo desubicó y se olvidó de la grabación.


Yo soy, definitivamente, poco tolerante al dolor. La obstetriz del color granate, dijo uy ya estas en 5. Yo ya comenzaba a temblar, no podía mas. Dile que me pongan la inyección!!!!!! aaaaaaaa!!!!! Mis nervios y el dolor, no dejaban que me concentre y cada vez que me venía una contracción me redoblaba en seis, mi espalda sentia que se me partia y bueno todas esas cosas. Antes de esto, había pensado que nunca en mi vida me iba a dejar poner esa inyección epidural en la espalda, nunca. Me puse de espaldas, mientras miraba fijamente al papá de Pablito, y el cogía mis manos duro para darme fuerzas,-Es muy grande la aguja?? -un poco no más, no hay problema... Pero con el dolor, ni sentí la aguja. Tres minutos despues el dolor ya había pasado, sentía que mi barriga se ponía duuuuuuuuuuuura cuando venía la contracción, pero ya no dolía, asi que ahora si estaba lista para ver que sucedía.


Llegó mi doctora!!! A ver, Rociito, como vas... Ni bien comenzó a revisar el número de mi dilatación, JUASH!!!! glu glu glu,se rompió la fuente, mucha aguita salió y recuerdo que la doctora dijo, mmm está un poco verde el líquido, hay que entrar rápido a sala de partos.


Cuando escuché eso, me traumé. Como toda madre primeriza me había visto todos los capítulos de "Esperando al bebé" y "Sala de Partos" en Discovery Home and health... y eso de líquido verde no era buena señal. Me cargaron entre las auxiliares y la doctora y me pasaron a la camilla que me llevaría a la sala de partos.Puja, Puja... GRRRR... yo pujaba y nada pasaba.


Puja mas fuerte la cabeza ya está bajando Puja! GRRRR... nada. Ya me estaba poniendo nerviosa, la auxiliar dijo, los latidos están bajando por la presión...Rocío vas a tener que pujar mas fuerte, sino hay que ir preparando el quirófano para la Césarea... Que? Césarea? casi dos mil soles más para esta clínica?? tan locos?? como saben el dinero era muy importante para nosotros y afrontar una césarea no iba a ser muy conveniente....


Una vez más, la última. La de color granate se subio encima, estaba casi sentada en mis costillas haciendo presión, mientras yo daba el esfuerzo mas grande que podía y el papá de Pablito cogía mi mano fuerte, y me hacia porras. Vamos Vamos tú puedes!.


Ya está! un poco más, ya está!



GRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR....Apreta costillas, puja, corta!!


Salió. Solo ví una cosa medio cochina que se la llevaron a limpiar, el novio solo decía, ya está ya está, ahi está bebé. La enfermera lo trajo envuelto en sábanas verdes, era pequeñito, con mucho pelo mojado, rojo, lloraba.


Yo? no sabía que pensar, mi primogénito ya estaba ahí, y sin cesárea. Lo hice!!!


Desde ese día soy mamá y soy feliz.

Las fotos de Chio con su pancita estoy por publicarlas, este fragmento de un mural en la subida a Cerro Concepción en la ciudad patrimonial de Valparaíso, Chile es para Pablito, su niño.


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