La otredad...los otros, tú, yo...

La otredad.
Estudiar al otro pudiese ser una tarea bastante entretenida, si te pagan por eso, más. Viéndolo así ordinariamente, podríamos entender que todos llevamos  un gen de antropólogos y de manera brillante hemos ejercido algo de esta profesión después del almuerzo, en los brazos del ocio, haciendo tiras el pellejo del vecino, de la vecina, del jefe o de cualquier otro.
Pero hablar de los otros es una cuestión muy diferente a saber, que uno es el otro, que uno es el objeto de estudio y que nuestro nombre o el nombre de personas queridas se ha transformado para otros en la otredad a razón de personales decisiones.















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