Ahumada con Agustinas

Es la historia de un período en la vida de Andrea Javiera, una joven abogada chilena de 33 años, residente en Valparaíso. En un sencillo trámite de filiación que inicia a partir de la muerte de unas de sus clientas, se produce un descubrimiento. Su olfato legal la encamina entonces en busca de una millonaria indemnización. Sus sueños son los de cualquier profesional de clase media: contratar su hipoteca y pagarla a corto plazo, tener hijos con Rodrigo, su marido, viajar, todo eso podría cumplirse de resultar como lo tiene planificado, pero el caso llega a la prensa y ya sabemos del morbo en estos medios, veremos la repercusión en la vida de Andrea. No sé si pueda plasmar toda su pasión profesional y resolver acertadamente las contradicciones de ella en tratar de encontrar una alternativa ética y al mismo tiempo ventajosa en términos económicos. Es santiaguina y aunque es joven, sabe de oportunidades en la vida. Reside en Valparaíso y lucha por adaptarse a esa ciudad sin smog. En las calles de Ahumadas con Agustinas, dos calles que se cruzan en el Centro de Santiago de Chile, vuelve a producirse un hecho significativo en su vida y, es por eso, que es el lugar que da título a este proyecto.
Es un cuento de ficción, una locura, una mediocridad, un invento, la escribo porque sí, no hay nada terminado y el que quiera aparecer de personaje me escribe, me cuenta y de ahí vemos como encaja en la historia que no será muy larga.
Me faltan mil novelas por leer, mil autores por conocer y tengo errores de redacción que espero no lleguen a mil. No les pido clemencia, tal vez, para algún personaje.


"Ahumada con Agustinas"
Noviembre, viernes, once y media de la noche, año 2003, Anita Burgos con sus 16 años, se encuentra en el dormitorio de su casa tapada de pies a cabeza sin ver nada. Noviembre, viernes, once y media de la noche, año 2003, al extremo, en otro cerro poblado en lo que antes fuera un bosque de frondosas coníferas, han instalado algunas viviendas de madera, Lorena Vargas con sus 15 años, se encuentra vestida con su uniforme escolar, dejando una nota de despedida. Tarde noche en Valparaíso, casa del matrimonio Burgos, una bandada de pájaros, al parecer gaviotas, se tiran en avalancha contra el techo de la casa haciendo sonar las latas, luego bajan en dirección al mar y vuelan haciendo ruido. Tarde noche, casa de la familia Vargas, nadie pudo escuchar las noticias de las alturas de las olas en el borde costero porque estaban bebiendo a conchos, la música no dejaba dormir a los vecinos, desorden total. Vuelve el día, Carabineros y la Brigada de Homicidios trabajan en dos casos, las familias Bustos y Vargas, están a la espera de los informes de autopsia.

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continuará...

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